El fomento de la lectura en la LOMLOE

La nueva ley educativa (LOMLOE) entrará en vigor el próximo curso. En este artículo analizaré lo que dice sobre algo tan esencial como el fomento de la lectura en primaria y secundaria.

La nueva ley educativa (LOMLOE) entrará en vigor el próximo curso. En este artículo analizaré lo que dice sobre algo tan esencial como el fomento de la lectura en primaria y secundaria.

Algunos de los protagonistas de la nueva ley son: derechos de la infancia, igualdad de género, personalización del aprendizaje, desarrollo sostenible y mundo digital; pero, ¿qué dice sobre algo tan esencial como el fomento de la lectura?

En cuanto al fomento de la lectura, la nueva ley apenas propone cambios significativos respecto a las anteriores. La principal novedad es la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. Esto es algo que la LOE y la LOMCE ya contemplaban para Primaria, pero no para Secundaria. Sin duda, un reto para los educadores, que tendrán que cambiar algunos hábitos para dejarle espacio de calidad a la lectura.

La ley reconoce que el hábito lector influye positivamente en la comprensión lectora, la comunicación, el pensamiento crítico y el aprendizaje. Sin embargo, delega a las Administraciones lo relativo con los planes de fomento lector. Asimismo, pide la colaboración de las familias y del voluntariado y el intercambio de buenas prácticas.

En referencia a las bibliotecas escolares, la LOMLOE no introduce apenas novedades. Habla de la obligación de los centros de disponer de una biblioteca, pero no entra en detalle sobre su funcionamiento, recursos o características. Tampoco menciona quién debe gestionar la biblioteca y no exige personal cualificado para ello. En ese sentido, no parece que la triste realidad de las bibliotecas escolares vaya a cambiar demasiado.

La lectura, base de la educación

Un estudio realizado por la OCDE, demuestra que disfrutar de la lectura influye más en el éxito escolar que el estatus socioeconómico de la familia. El profesor Mark Taylor siguió a 20.000 adolescentes hasta la edad adulta y reveló que leer por placer es el primer predictor de éxito profesional.

Sin embargo, PISA 2018 sitúa a España con 477 puntos, por debajo de la media de la OCDE (487) y de la Unión Europea (489). Es comprensible que las leyes educativas pongan el foco en desarrollar el gusto y el hábito lector y no hablen de lecturas obligatorias

¿Cómo llevarlo a la práctica?

La pregunta que muchos docentes y equipos directivos se hacen es: ¿cómo llevar a la práctica la nueva normativa? Si a la poca concreción de la misma sumamos la complejidad del día a día en el aula, la solución se antoja una quimera. 

En mi opinión, un plan que tenga como propósito cumplir la LOMLOE debe considerar estos cuatro puntos:

  1. El catálogo
  2. La autonomía
  3. La mediación
  4. El clima
1. El catálogo

Hay que poner al alcance del alumnado un amplio, variado y atractivo surtido de lecturas de todo tipo.

La fragilidad de las bibliotecas escolares no ayuda, pero debemos seguir apostando por ellas. En este sentido, las familias suelen ser un buen aliado.

2. La autonomía

Hay que situar al lector en el centro del plan lector y fomentar su autonomía y construcción de un criterio propio.

3. La mediación

Todo el profesorado, -no solo los de lenguas-, debe ser capaz de acompañar, orientar y mediar al alumnado desde la diversidad.

4. El clima

Hay que proponer dinámicas y actividades transversales relacionadas con la lectura que se orienten a crear un clima y una cultura lectora en el centro.

El camino hacia la lectura como fuente de placer y aprendizaje

El hábito lector es algo que se construye en el día a día y al que es necesario darle su espacio y tiempo. Para que un plan lector funcione debe contar con tiempo, confianza y el compromiso del equipo directivo y de todas las áreas.

Por eso, cada vez más colegios cuentan con Legiland para optimizar el tiempo, gestionar el trabajo, dinamizar la lectura y medir los resultados.

En resumen, la LOMLOE sigue apostando para que se fomente el gusto por la lectura y se desarrollen hábitos lectores que perduren. De esta forma, se producirá un impacto positivo en el plano académico, personal y profesional del alumnado.

Para ello, se obliga a destinar un tiempo diario a la lectura y se pide la implicación y compromiso de todas las áreas. La nueva ley sigue reconociendo y refuerza la importancia del fomento lector, esperemos que dé sus frutos en el mundo real en los próximos años.

Una versión de este artículo fue publicada en Educación 3.0 en marzo de 2022.

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