La importancia de leer otras formas de cultura

Este curso en Legiland contamos con alumnos de diferentes carreras que están realizando sus prácticas académicas con nosotros. Precisamente, hoy compartimos con vosotros el artículo que ha escrito Lucas L. Pose, estudiante de último curso d’Estudis Literaris (UB) y muy interesado en literatura y gamificación.

¿Cómo incentivar la lectura desde otras disciplinas culturales?

Actualmente, existe una gran dependencia de las tecnologías. Por esta misma razón, el interés había antes por la lectura, hoy en día ha quedado relegado a un segundo plano. Los niños/-as y jóvenes prefieren pasar el tiempo jugando con el ordenador o con el móvil y, muchas veces, se olvidan de que tienen enormes mundos a su disposición encerrados en las páginas de los libros. Por esta misma razón, las formas en las que el docente invita a leer debe tender hacia un campo que los propios alumnos consideren cercano y amigable. Y una propuesta muy interesante para poder conseguir esto es el uso de la transmedialidad. La disciplina consiste en la aplicación de otras expresiones culturales que, aún perteneciendo a un campo diferente al que se estudia, trata unas mismas problemáticas. Así pues, propongo tres formas de incentivar una actitud lectora en los alumnos.

Las series como forma de sentirse identificados

Las series han llenado casi la totalidad del tiempo libre tanto en jóvenes y adultos. Como muchos expertos indican, las plataformas de streaming se han hecho con el mercado de la imagen y, por lo tanto, el docente puede aprovechar estos contenidos en su favor. Hay que tener muy en cuenta, que los jóvenes lectores cuentan con muchísima ductilidad a la hora de consumir cultura: las series, las películas, los programas, la radio, los podcast… Y todos ellos forman parte de una cultura que engloba también a la lectura. Entonces, ¿por qué no aprovechamos a juntar ambas disciplinas? Si ponemos el caso de la novela Anna Karenina —una lectura interesante, pero demasiado compleja por su extensión—, podemos ver que los temas que se tratan en la novela también se tratan en muchas series. Y que, de hecho, en las series han adaptado algunos discursos decimonónicos de Tolstoi, como sucede en la serie de animación Little Witch Academia en la que se presentaban tres brujas a una escuela. En la serie se representan los problemas que leíamos en Tolstoi por no encajar, o por no saber adaptarte al entorno o conocer a un hombre nuevo. Sin embargo, es un discurso que se ha hecho accesible para un público más joven. En clase, por ejemplo, se puede leer una adaptación o fragmentos de Anna Karenina y, al mismo tiempo, ver una selección de capítulos de la serie Little Witch Academia y así poder comentar en clase temas transversales que sean más apetecibles para los pequeños lectores, pero que no reduzca su capacidad crítica y creativa.

Los videojuegos para explicar temas de adultos.

Tal vez la más innovadora y reciente manera de trabajar la lectura sea a través de los videojuegos. Sin ir más lejos, el videojuego es un medio que los más jóvenes han hecho suyo y, como docentes podemos adaptarlo para que se convierta en una herramienta útil para la clase. Lo bueno que tienen los videojuegos es que la mayoría de alumnos ya están acostumbrados al medio y es accesible desde un ordenador cualquiera. Adaptarse a sus preferencias para explicar problemas que se quieran tratar en clase es una premisa fundamental, al mismo tiempo que puede ayudarles a buscar, en su propio medio, las herramientas necesarias para reflexionar y enfrentarse a los problemas del mundo. Así es como se pueden tratar temas tan crudos como la guerra de Siria a través del sencillo videojuego Path Out, creado por un refugiado sirio y el cual está construido a modo de testimonio personal. Será una aventura que podrán vivir los jugadores, pero a la vez será una oportunidad para el docente de enseñar a usar bien un medio cultural en auge, el videojuego, y de mostrar, reflexionar y debatir sobre los problemas reales del mundo como las guerras o las hambrunas.

Legiland como catalizador de un hábito de lectura

Leer es un hábito. Es encontrar en todo el caos de actividades, un momento para frenar y pensar. En un ambiente tan activo y agitado como el del colegio, puede resultar difícil. Por eso mismo, las lecturas tal vez no pueden llegar a ser trabajadas del mismo modo. En el caso de la plataforma educativa Legiland, por ejemplo, los alumnos tienen acceso a un conjunto de recursos que queda a su disposición para ampliar los horizontes de la lectura. Por lo tanto, si pensamos en trabajar algún libro desde Legiland, además de los cuestionarios de comprensión lectora, el alumno podrá acceder a muchos más recursos electrónicos que si, tal vez, únicamente lee el libro en clase. Vídeo-reseñas, booktrailers, canales por los que contactar directamente con el escritor o escritora y en los que encontrar información adicional que enriquecerá su experiencia lectora. 

Las lecturas no solamente se hacen en los libros, sino en la sociedad. Los pequeños lectores extraen enseñanzas de todo lo que ven y de todo lo que sienten, por lo que leer un libro no basta, falta abrirse a todo lo demás y enseñarles a sumergirse en ello. 

Texto de Lucas L. Pose, alumno d’Estudis Literaris.

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